En estos retiros espirituales del Colegio Santo Ángel, se logró experimentar una vivencia que fomentó lo espiritual, mostrando que la vida del docente angelino debe reflejar en cada acción educativa la encarnación del Evangelio. Debe vivirse al modo de Jesús, es decir, “jesusmente”. Se descubre que el pensamiento de la sociedad y la vivencia de la espiritualidad han cambiado, dejando atrás las concepciones griegas de búsqueda de la perfección, exclusión y clasificación de tipos de personas. También se abandonan los conceptos negativos de alma y cuerpo que consideran la vida en la tierra como un castigo y al cuerpo como una cárcel. En cambio, se reconoce que en la interioridad se puede encontrar una verdad sobre la propia realización y descubrir la presencia de Dios en cada uno de nosotros, permitiéndole manifestarse en cada instante de la vida.

 

      La reflexión se llevó a cabo a través de diversas actividades, como la visualización de una película que muestra el cambio de vida de un músico enfrentando la enfermedad y la muerte inminente. A pesar de buscar crear música que abriera los corazones, su vida se ve afectada por el acoso escolar y la muerte de su madre. Sin embargo, al regresar a su pueblo natal, encuentra realización trabajando con un coro de iglesia, experimentando un crecimiento tanto musical como personal, así como de autorealización. Esta película inspira al grupo a buscar una existencia plena desde su propia realidad, viviendo el paraíso deseado en las decisiones diarias.

 

      Se revisó la propia vida utilizando la metodología de los quipus, abandonando los sistemas y conceptos griegos para adoptar manifestaciones de sabiduría autóctona. Cada docente plasmó los momentos más significativos de su vida en distintos quipus. Se resaltó la importancia de identificar las marcas que la historia ha dejado en la vida de cada uno, reconociendo que todos han vivido experiencias difíciles que no deben llevar consigo toda la vida. Se trabajó con textos bíblicos y orientación para dejar ir los sentimientos negativos que persisten después de situaciones dolorosas, liberándose del miedo y viviendo plenamente al servicio de los niños, que es la vocación de todo maestro.

 

      Se reflexionó sobre las situaciones vividas en los planteles educativos, descubriendo que la comunidad educativa puede crecer continuamente cuando se vive en libertad, buscando el bienestar de todos y desarrollando una inteligencia colectiva que lleva a un mejoramiento constante de todos los aspectos del plantel educativo. Mediante actividades con plastilina, se exploraron diferentes visiones y experiencias sobre esta inteligencia colectiva en los miembros de la comunidad educativa. Se incorporó la idea de la teoría de la acción comunicativa, que propone que todos los sujetos son valiosos y pueden presentar argumentos válidos que se deben tener en cuenta, debatir y unir para llegar a nuevos argumentos que guíen al centro educativo ante nuevas circunstancias.

 

      Se realizó una dinámica de integración y reconocimiento de los dones de cada uno, valorando la diversidad y la complementariedad de los talentos. Se invitó a cada docente a compartir su don con el grupo, expresando cómo lo pone al servicio de la comunidad educativa y cómo lo puede potenciar. Se destacó la importancia de dar y recibir, de agradecer y reconocer, de colaborar y cooperar, de crear y recrear.

 

      Las oraciones matutinas en caminatas, actos marianos y visitas a la capilla permitieron realizar oraciones contemplativas, participando con canto y oraciones. Se reflexionó sobre el abajamiento de Jesús a través de la visión de mosaicos de iconos, enseñando la importancia de construir con la voluntad de Dios y comunicándose como lo hacen los elaboradores de mosaicos, quienes escuchan de alguna manera las piedras para ubicarlas de mejor manera en la obra. Finalmente, se concluyó con la eucaristía.

 

      Se puede afirmar que estos retiros espirituales fueron una oportunidad para vivir jesusmente, dejando ir aquellas emociones que no nos dejan vivir en plenitud, entregándonos en libertad a la búsqueda del bien de todos nuestros estudiantes, dando nuestro don a la comunidad con inteligencia comunitaria y estando abiertos a los cambios de la vivencia espiritual que pueden responder de manera más eficaz a las necesidades de nuestros estudiantes, siendo conscientes de que la religión es un invento humano y como tal puede cambiar, sobre todo cuando busca una mejor vivencia espiritual.

Luis Fernando Ramírez (Profesor de bachillerato)